El clamor de un pueblo que demanda democracia, paz, justicia, y prosperidad para todos.
Un país entero grita al dictador lo que él no quiere escuchar.
Millones de personas unidas luchan por su futuro contra la opresión y la injusticia.
Cientos de miles de corazones anhelan el cambio que no va a llegar fácil ni rápido.
Las voces corean slóganes que quieren derribar los muros del poder robado al pueblo.
Miles de banderas se agitan orgullosas, patrióticas, esperanzadas, pero caen tristes, enfadadas.
El mundo entero espera que se haga caso al pueblo sin derramar más sangre.
El dictador se pudre en su egolatría y apego al poder.
Nadie quiere irse a casa tras el discurso insuficiente y ofensivo.
La noche llega con la tremenda decepción del que sabe que tiene la razón pero no el poder.
Nadie quiere irse a casa tras el discurso insuficiente y ofensivo.
La noche llega con la tremenda decepción del que sabe que tiene la razón pero no el poder.
Lágrimas de rabia y tristeza en tus ojos, y en los míos.
Y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.

Lo hemos sabido siempre: lo triste del poder es que corrompe. Y ahora, lo triste también, es cómo lo están sufriendo las personas por el pecado de unos pocos.
ResponderEliminarMenos mal que leer a Benedetti nos reconforta, aunque sea por un ratito...
Con Amor.
El romanticismo en la lucha de Benedetti fallece a la luz del nuevo día con más de 500 heridos y algún muerto en la plaza donde se manifestaban pacíficamente ayer y estos días.
ResponderEliminar"Y sin embargo, se mueve"...
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